La experiencia de encuentro con Jesús resucitado es el motor de la misión evangelizadora del pueblo de Dios. Y, en ocasiones, su importancia, central para la proclamación del Evangelio de Jesús, la ignoramos, y soslayamos. Sin mística puede existir misión, pero no misión cristiana. Cuando leemos el texto del Evangelio según Mateo, ese que hemos dado en llamar “la gran comisión” (Mt. 28:16-20), centramos nuestra atención a partir del versículo 18, y dejamos a un lado, o no ponemos el debido énfasis en los versículos iniciales: “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había […]
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